1) Es más fácil de conservar en mi no excesivamente grande nevera, 2) es más sencillo de transportar si se trata de un postre para llevar a casa de algún amigo o familiar; 3) es una manera práctica de sólo comer una ración de la tarta y 4) ¡me encantan estos vasitos!
Vasito de tarta de limón |
Empezamos calentando un vaso de agua (250 ml) en un cazo y lo llevamos a ebullición. Apagamos el fuego, añadimos el sobre de gelatina de limón y removemos hasta que se disuelva completamente. Incorporamos otro vaso de agua fría, lo mezclamos bien y lo dejamos reposar a temperatura ambiente.
Ingredientes
Para la base
250 gr de galletas
Mantequilla derretida
Para la tarta
200 gr de queso cremoso
1 sobre de gelatina de limón200 ml de nata para montarAzúcar (es para la nata montada, así que cada cual sabe lo dulce que le gusta)
Trituramos las galletas, derretimos la mantequilla y la mezclamos con las galletas hasta obtener una masa uniforme. Creamos con esta masa una base del grosor de un dedo en el fondo de los vasos o cuencos que vayamos a utilizar como recipiente para las tartas individuales. Si la gelatina aún está muy caliente, metemos los vasos con la base de galletas en la nevera hasta que se enfríe.
Añadimos a la gelatina los 200 gr de queso cremoso y lo mezclamos durante un par de minutos con una batidora eléctrica. Repartimos la gelatina de limón en los vasos y enfriamos en el frigorífico durante al menos 3-4 horas. Cuando la tarta haya cuajado, montamos la nata con el azúcar con ayuda de una batidora o un batidor de varillas eléctrico asta que adquiera consistencia y la añadimos a los vasitos con ayuda de una manga pastelera.
Podemos decorar con un poco de ralladura de limón, unas hojas de menta, ralladura de chocolate o una rodajita de limón o lima (pero era domingo y ¡yo no tenía ninguna de esas cosas!)