lunes, 28 de enero de 2013

Cumpleaños del crítico-crítico: Jawa Cake

El crítico-crítico cumplió años el viernes y como lleva echándome en cara que no le he hecho nunca una tarta de cumpleaños desde que hice mi primer pastel, pues este año que coincidimos bajo el mismo techo para tal fecha tenía que cumplir.
yo: "¿de qué quieres la tarta?
crítico-crítico: "me da igual, sorpréndeme..."
crítico jefe: "¡de queso!"
crítico-crítico: "... entonces de cualquier cosa menos de queso :)" (no es que no le guste, le encanta; una se acaba acostumbrando a la "tierna e idílica" relación verbal entre el crítico-crítico y el crítico jefe)
yo: "vale, ¿con qué forma al menos?"
crítico-crítico: "me da igual, sorpréndeme..."
crítico jefe: "yo la quería de queso..."
yo: "pero ¿la quieres de bizcocho, con fondant, sin él... cómo?"
crítico-crítico: "me da igual, sorpréndeme..."

Y así sucesivamente. Así que al final hice lo que me dio la gana, barajé posibilidades de Pokémon, Mario Kart, videojuegos, consolas, películas... Y al final me decanté por Star Wars y por honrar al llavero que mis amigos le regalaron cuando aprobó la selectividad:


Star Wars Jawa Cake! Uttini! (eso dice internet, para nosotros dice ¡Puchini! y pista)

Así que este año el crítico-crítico (y algunos amigos míos y nuestros, en Madrid o en Ponferrada, bajo la amenza de celebrarlo o recibir golpes en los ojos) se vio obligado a soplar velas y poner buena cara si le llegaban regalos. DE NADA.

Aquí todavía no estaba tan crítico (esas gafas de moda, esos maravillosos inicios de los 90 y sus maravillosos estilismos...)

Que así a lo tonto, en un par de meses (los que el mozo tuviera en la foto, que no pueden ser muchos porque con el jersey de lana que lleva la menda no puede haber sido tomada más allá de abril) hace 21 años de esta maravillosa instantánea en la que parece que hasta me gustaba tener un hermano y todo (él tampoco parecía infeliz ni preocupado porque lo tirase al suelo...).


A lo que íbamos, la tarta. La receta no es otra que la de las magdalenas de manzana que preparé por Halloween (y es que están buenísimas ^^) con algunas modificaciones.

Ingredientes
1 manzana y media
20 gr de mantequilla
20 gr de azúcar moreno

2 vasos de harina
2 cucharaditas de levadura química en polvo
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de canela
1/4 cucharadita de nuez moscada
1/4 cucharadita de cardamomo
2 huevos
1 vaso de leche
100 gr de mantequilla a temperatura ambiente
1/2 vaso de azúcar moreno

Para la cobertura

3 cucharadas soperas de caramelo
1 cucharada sopera de canela
2 cucharadita de vainilla
250 gr de crema de queso
500 gr de azúcar glacé

Lo de las magdalenas sólo era porque me daba pena clavarle las velas a él

Pelamos la manzana y la cortamos en trocitos menudos. Ponemos a calentar un cazo y derretimos la mantequilla. Cuando esté derretida, añadimos al cazo la manzana y el azúcar moreno y le damos vueltas con una cuchara de madera para que no se pegue ni se queme. Cuando la manzana se haya ablandado lo suficiente, retiramos el fuego y dejamos enfriar. En un bol grande mezclamos el azúcar con la mantequilla con la ayuda de un batidor de varillas. Añadimos la sal, la canela, la nuez moscada, el cardamomo (si no tenéis, obviad este paso), los huevos y la leche y seguimos removiendo. En un cuenco aparte mezclamos previamente la harina con la levadura química, la incorporamos a la mezcla del bizcocho y batimos hasta que la textura sea uniforme y sin grumos. Precalentamos el horno a 210º C. Engrasamos el molde, echamos en él la masa y lo horneamos a 180º durante unos 20-30 minutos (o hasta que al introducir un palillo éste salga sin restos de masa, cuidado con esta referencia, recordad que mi horno es de juguete). Antes de decorar y rellenar la tarta, hay que dejar que el bizcocho esté totalmente frío, yo lo hice el viernes por la noche y lo decoré el sábado ^^.

Para hacer la cobertura o frosting, batimos la crema de queso con un batidor de varillas eléctrico (si es un batidor de pie, pues mucho mejor para vuestro brazo y vuestra espalda ^^) durante 3 minutos hasta que esté esponjosa. Ponemos el batidor a velocidad lenta y añadimos poco a poco el azúcar glacé hasta que se mezcle totalmente. Incorporamos el caramelo, la canela y la vainilla y lo batimos lentamente hasta que esté montado. Las cantidades de azúcar glacé  pueden variar según la consistencia que queramos darle a la cobertura. Una vez listo el frosting, lo metemos en la nevera para que se endurezca un poco antes de decorar la tarta.



Ojitos saltones ^^

No tengo fotos del "cómo se hizo"
porque ni mi cocina ni ningún rincón de esta casa son lo suficiente fotogénicos como para poder hacerlo (también porque estaba yo sola y con las manos hechas un cristo y no me apeteció enguarrar la cámara). Así que el montaje os lo tenéis que imaginar. Yo hice dos bizcochos en un molde con forma de campana, uno es el cuerpo y el otro lo corté y modelé para que fuera la cabeza (y con trozos del bizcocho sobrante hice los brazos y los pies - que uní al cuerpo con glaseado- y la "arena del desierto" ^^). Ambos los corté por la mitad y los rellené con una capa no muy gruesa del glaseado. Uní el cuerpo y la cabeza con ayuda de glaseado y dos palitos de los de hacer cake pops (no me fiaba de dejar todo el peso de la cabeza del bicho en manos del glaseado ^^) y lo cubrí por completo con glaseado (aquí llegó el crítico-crítico y dijo que le daba miedo su tarta, aún no sabía qué iba a ser).

Avisé que daba miedo (perdón por la calidad, tengo un móvil de la edad de piedra)

Luego fui estirando y moldeando el fondant de diferentes colores hasta "vestir" por completo al bichejo (al final quedó majo y todo).

Esto soy yo desencajando la cabeza para cortarla...

Después de haberlo catado, he de decir que el Jawa estaba bueno... eso sí, tenemos tarta como para que nos dure hasta el próximo cumpleaños, que es el del crítico jefe en mayo ^^.

Pobre, qué penica.

miércoles, 9 de enero de 2013

Recuerdos de las vacaciones (o "cocinando con mamá I")

¡Feliz Navidad! ¡Feliz Año! ¡Felices Reyes! y ¡FELIZ TODO, copón!

Entre la muerte de mi horno de juguete (D.E.P. el pobrecico, al menos murió feliz y con la panza llena de magdalenas, galletas, tartas e inventos varios), las vacaciones pre-navideñas, las navideñas, las post-navideñas, y mi pereza habitual, le he hecho caso nulo al blog y sólo me he preocupado de manteros levemente informados mediante Twitter y Facebook. Así que, ahora que todo el mundo estará planteándose ya comenzar con diversas "operaciones bikini" después de la plenitud de las fiestas, yo decido regresar con un post recopilatorio de toooooooodo lo que fotografié en mi casa durante las vacaciones de Navidad (que no todo lo que comimos, faltan muchas cosas porque realmente no daba a basto BUAJAJAJAJA - no, en serio, fartura everywhere all the time). Algunas recetas las pondré más adelante, otras no creo que sean necesarias porque lo que es es lo que se ve jaja. Aviso que en mi casa somos más bien poco tradicionales en las fiestas y cada año preparamos lo que nos viene apeteciendo. No esperéis fotos de pavos rellenos, ni corderos, ni mariscadas; durante una temporada la tradición de Nochevieja incluía como casi plato único una maravillosa cantidad de patatas bravas (tú preguntas a tus hijos qué quieren, y pasan cosas como esa) ¡Que os aprovechen las vistas!

Empezamos con la cena de Nochebuena:
Solomillo de cerdo envuelto en bacon con salsa de Oporto
Quiches individuales de pavo y queso
Y faltan los gambones a la plancha (y las gulas al ajillo y diversos postres que mi madre intentó hacer hasta que yo grité: "¡QUIERO SAL DE FRUTAS!" y comprendió que como cena ya estaba bien). De la comida de Navidad no hice fotos, pero nos metimos entre pecho y espalda un señor cocido que se me hace la boca agua sólo de recordarlo ^^.

Ahora la cena de Nochevieja. Diréis "sois una gran familia de grandes comedores"... sí, claro, un montón... De hecho, los últimos años en Nochevieja hemos sido 5 (o incluso 4, si a mi padre le tocaba trabajar): mis padres, el crítico-crítico, el crítico jefe y yo. Y, además, concreto que mi hermano y yo comemos más bien tirando a poco, y mi señora progenitora es diabética por lo que tiene que cuidar bastante qué y cuánto come... Lo cual nos deja con... ¡un montón de sobras para el día de Año Nuevo! Y para encima, este año venían a cenar unos primos de mi madre, así que ésta se volvió loca a planear comidas porque ¡éramos 8!¡Madre mía, qué multitud! Yo me volví a Madrid el día 3... pero apostaría a que la noche de Reyes mis padres seguían comiendo sobras (y eso que el turrón ya se encargó mi madre de metérmelo tooooodo a mí en un tupper ^^).
El plato fuerte de la noche eran 2 jamones asados con patatas y ensalada que no aparecen en las imágenes (y que quedaron prácticamente íntegros para comer al día siguiente), pero podéis deleitaros con parte de los "entrantes":

"Hamburguesas" de huevo de codorniz y queso azul con paté de tomate y albahaca

Endibias con crema de queso y vinagreta de cebolla y pimientos

Tomatitos cherry con queso crema o guacamole y huevo de codorniz cocido

Huevos rellenos (receta de Karlos Arguiñano que podéis encontrar aquí)

Langostinos a la plancha con mahonesa de leche casera

Rollitos de salmón o jamón york con queso crema (como los que podéis encontrar en este post)

Canapés de gambas, huevo cocido y surimi con mahonesa de leche casera

Vieiras con bacon y cebollita gratinadas

Volovanes de atún con tomate con queso fresco  





Y de postre (lo único que es tradición en mi casa porque se lleva haciendo cada Nochevieja desde que yo tengo uso de razón más o menos): Isla Flotante. Si no sabéis lo que es, lo resumo diciendo que es una isla enorme de merengue con caramelo flotando en un mar de natillas caseras ^^. Siempre hace furor y gracia a partes iguales (aunque es tan hípermegadulce que yo ya nunca lo como jajaja)


Isla flotante aún sin su mar de natillas

Isla flotante esperando a ser devorada por mi padre o el crítico jefe ^^

¿Apetece "operación bikini" ahora? ¿Eh? De nada ^^.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Empanada de hojaldre y salami

Me he puesto a repasar las últimas recetas que había subido y toooooodas las que me faltaban por subir y me he dado cuenta de que quizás (sólo quizás) os haya estado endulzando demasiado últimamente ^^. Y como he estado enferma, y eso en mi caso significa pereza máxima, no he probado recetas nuevas desde el intento de onigiri que publiqué el lunes en Facebook y Twitter (y que no subo ahora porque la próxima vez que vea a mi mejor amiga me va a tirar una de estas empanadas o una quiche a la cara por no ponerle las recetas ^^).

La versión original de esta receta no la recuerdo con exactitud y tampoco sé si tiene algún nombre más específico y divertido que simplemente "empanada de salami". A mí me la preparó mi compañera de piso de la universidad, ella es de Aranda de Duero pero se la había dado una amiga que no recuerdo de dónde era... Así que si os suena (ya os digo que yo he variado la receta) y me podéis dar más información sobre esta empanada, ¡gracias!

Empanada de hojaldre y salami a punto de ser devorada por el crítico jefe
Ingredientes

2 láminas de hojaldre refrigeradas (preferiblemente no congeladas)
Salami
Jamón de york o pechuga de pavo
Queso en lonchas
Tomate
Pimienta 

Estiramos bien las láminas de masa de hojaldre y colocamos una en una bandeja de horno lisa y cubierta con papel de hornear. Vamos colocando los ingredientes creando capas dejando en todos los lados un hueco de al menos dedo y medio para unir las dos láminas de hojaldre y hacer el borde de la empanada. No es necesario seguir ningún orden, pero por alguna extraña razón yo siempre pongo los ingredientes de la siguiente manera: primero una capa de salami bien abundante, después el jamón de york, el tomate cortado en rodajas finas, espolvoreo con pimienta y lo cubro con el queso en lonchas. 

Las capas de mi empanada (ésta era cuadrada)
Por último colocamos encima la otra lámina de hojaldre, unimos los extremos con los de la base y los vamos retorciendo con cuidado dándole forma al borde de la empanada. Con un cuchillo, hacemos un pequeño agujero en el centro de la lámina de hojaldre superior (no es necesario realmente, pero yo he comprobado que al poder “respirar” el hojaldre no se empapa tanto con el jugo que suelta el tomate al calentarse y no se reblandece). 

Mi horno es de juguete (y esta vez estaba vaga y en lugar de hacer un borde "bonito" simplemente lo aplasté con el tenedor ^^)

Precalentamos el horno a 180 ºC y horneamos la empanada hasta que el hojaldre se haya dorado. 

El agujero del hojaldre no deberá ser muy pequeño o se cerrará al hornearse

Se puede comer tanto recién hecha como fría (el crítico-crítico la prefiere fría por ejemplo) y durante el verano fue casi la merienda-cena oficial de los días de piscina ^^. 

Rico, ligero y para toda la familia (modo Bricomanía ON)

jueves, 8 de noviembre de 2012

Halloween is (bueno, was) coming (parte 2)


Estoy enferma :( Conseguí curarme lo suficiente para pasar la noche de Halloween en unas condiciones decentes... pero el regreso a la capital (y la ausencia de planes que impliquen disfrazarse, seguro que también influye) ha traído consigo gérmenes o virus más potentes que los anteriores que me han tumbado por completo durante los últimos días. Y aún no me he recuperado, estoy sentada frente al ordenador con la bufanda en el cuello, el radiador al lado, toneladas de pañuelos y una infusión calentita.
Pero debía una actualización que ya llega demasiado tarde. Y el fin de semana mi mejor amiga hizo tiramisú y tengo que copiárselo porque estaba delicioso. Y además hicimos tortillas francesas rellenas de mil cosas y quedaron tan bonitas y ricas... y este fin de semana tengo que hacer pastas de té porque mi madre me ha regalado una pistola para hacerlas.... en definitiva ¡tengo que ponerme bien ya!

Así que de momento, galletas de azúcar decoradas (con sabor a pastas danesas, ¡ñam!)

Galletas de azúcar con glasa real

Ingredientes

Para las galletas

227 gr de mantequilla a temperatura ambiente
175 gr de azúcar glacé
1 huevo
Extracto de vainilla
1 cucharadita de sal
2 cucharaditas de levadura
400-425 gr de harina

Para el glaseado

3 claras de huevo a temperatura ambiente
4 tazas de azúcar glacé
1 cucharadita de extracto de vainilla
(opcional)
Colorante del color que queramos

Mezclamos la harina, la levadura y la sal en un cuenco. En el bol de la batidora eléctrica (si tenemos batidora eléctrica de pie, si no en el bol que vayamos a usar para amasarlo todo), batimos a velocidad lenta durante 4 o 5 minutos la mantequilla con el azúcar glacé hasta que tenga aspecto cremoso y homogéneo. Añadimos el huevo y el extracto de vainilla y lo mezclamos. Incorporamos la mezcla de la harina y lo batimos (o mezclamos y amasamos si lo estamos haciendo a mano) con el accesorio amasador de la batidora. La masa tiene que ser muy consistente, que no se pegue. Cogemos una pequeña porción de la masa, la colocamos sobre una superficie lisa espolvoreada con harina y la amasamos hasta crear una lámina de 0'5 cm más o menos. Cortamos con los cortapastas de nuestra elección y vamos colocando las galletas sobre una bandeja de horno cubierta con papel de horno. Precalentamos a 200º y horneamos durante 7 u 8 minutos, sin dejar que las galletas lleguen a dorarse.

Cortador de galletas regalo de mi amiga Carol ^^

Las dejamos enfriar de todo antes de decorarlas.

Sí, a mí se me tostaron demasiado
Podéis seguir los consejos de Sugarbelle (lo siento, está en inglés) sobre la mejor manera de preparar la glasa real y rellenar las mangas pasteleras para decorar las galletas.

No me molesté en decorarlas a conciencia, estaba enferma y tenía hambre ^^

Nos ponemos con el glaseado. Batimos las claras de huevo hasta que se formen picos, y vamos añadiendo el azúcar y la vainilla. Lo batimos a velocidad media o alta hasta que esté espeso, rígido y de color blanco brillante (unos 7-8 minutos aproximadamente). Si queremos darle color, añadimos unas gotas de colorante en gel o en pasta y batimos hasta que el color esté homogéneo.
Introducimos el glaseado en una manga pastelera, decoramos las galletas con una boquilla fina y las reservamos hasta que el glaseado se seque por completo.

Unas galletitas naranjas

El colorante negro comenzó siendo gris y oscureció al secarse

No me importó mucho tener que comérmela para sacar la foto

lunes, 29 de octubre de 2012

Halloween is coming (parte 1)

Llega Halloween. Es una de mis fiestas favoritas del año aunque sea una tradición foránea y aquí no se celebre en demasía. La gente se disfraza y está permitido enguarrarse la cara y el cuerpo de manera asquerosa y dar miedo... ¿A quién puede no gustarle? Está claro que a una persona que colecciona pelucas, que guarda cualquier prenda o accesorio atroz que cae en sus manos "por si vale para un disfraz" y usurpa el vestido de novia de su madre para vestirse en condiciones de Novia Cadáver (el vestido ahora tiene un bonito sombreado azul ^^), pues le tenía que gustar ^^. No obstante, no estaba en mis planes hacer ningún dulce "temático" por Halloween, porque esa tarde estaré en la carretera rumbo al hogar paterno, seguro que mi madre me recibe con alguna tarta o pastelillo y no le voy a negar el placer de que lo haga ella jajajaja. Pero entonces, el viernes por la mañana, la señorita cartera me trajo un paquetito desde Coruña: ¡mi amiga Carol me enviaba cápsulas de magdalenas de brujas y un cortapastas de calabaza! Así que como yo soy una persona agradecida, me he dedicado el fin de semana a darle uso al primer regalo (y planeo hacer lo propio con el segundo esta tarde ^^). 

Y como el otoño ha llegado con toooooodas sus ganas (aquí y ahora, de hecho, "Winter is coming", ya veréis que frío paso el miércoles envuelta en mi capa - capa de carisma +10, por otro lado, porque es estupentástica -), yo decidí que iba a hornearlo: magdalenas de manzana y canela. ¡Olor a otoño everywhere! ^^

Llega Halloween... y yo estoy enferma... ¡Maldito seas resfriado inoportuno!

Otoño hecho magdalena ^^

Ingredientes
1 manzana
20 gr de mantequilla
20 gr de azúcar moreno

2 vasos de harina
2 cucharaditas de levadura química en polvo
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de canela
2 huevos
1 vaso de leche
100 gr de mantequilla a temperatura ambiente
1/2 vaso de azúcar blanco
1/4 vaso de azúcar moreno

Para la cobertura

3 cucharadas soperas de caramelo
1 cucharadita de vainilla
170 gr de mantequilla a temperatura ambiente
300 gr de azúcar glacé


Pelamos la manzana y la cortamos en trocitos menudos (yo de hecho, al trituré, el crítico-crítico no es muy partidario de encontrarse trozos de "cosas" en las magdalenas). Ponemos a calentar un cazo y derretimos la mantequilla. Cuando esté derretida, añadimos al cazo la manzana y el azúcar moreno y le damos vueltas con una cuchara de madera para que no se pegue ni se queme. Cuando la manzana se haya ablandado lo suficiente, retiramos el fuego y dejamos enfriar. En un bol grande mezclamos el azúcar con la mantequilla con la ayuda de un batidor de varillas. Añadimos la sal, la canela, los huevos y la leche y seguimos removiendo. En un cuenco aparte mezclamos previamente la harina con la levadura química, la incorporamos a la mezcla del bizcocho y batimos hasta que la textura sea uniforme y sin grumos. Precalentamos el horno a 210º C. Echamos la masa en los moldes de cupcakes hasta rellenar no más de 3/4 partes de éstos (preferiblemente no uséis sólo las cápsulas de papel para magdalenas, introducid éstas primero en moldes de silicona o metálicos para que los cupcakes queden redonditos y perfectos) y los horneamos a 180º durante unos 10-12 minutos (o hasta que al introducir un palillo éste salga sin restos de masa). Una vez estén listos los cupcakes, los sacamos del horno y los dejamos enfriar por completo antes de decorarlos.

Magdalenas de manzana y canela recién sacadas del horno
AVISO IMPORTANTE: Las magdalenas recién hechas huelen tortuosamente bien y requiere una fuerza de voluntad tremenda (y mayor de la que tenemos tanto el crítico-crítico como yo ^^) no comérselas cuando aún queman. Intentadlo ^^.

Para hacer la cobertura o frosting, batimos la mantequilla con un batidor de varillas eléctrico (si es un batidor de pie, pues mucho mejor para vuestro brazo y vuestra espalda ^^) durante 3 minutos hasta que esté esponjosa. Ponemos el batidor a velocidad lenta y añadimos poco a poco el azúcar glacé hasta que se mezcle totalmente. Incorporamos el caramelo y la vainilla y lo batimos lentamente hasta que esté montado. Las cantidades de azúcar glacé  pueden variar según la consistencia que queramos darle a la cobertura. Una vez listo el frosting, lo metemos en la nevera para que se endurezca un poco antes de decorar los cupcakes.



El colorante y la forma en que decoremos los cupcakes la dejo a vuestra total elección. Yo intenté hacer unos cerebritos, pero la cobertura me quedó demasiado cremosa (y no quería añadirle más azúcar, porque así estaba buenísima) y el resultado no fue del todo satisfactorio.

Intento de cerebrito no del todo satisfactorio

Un cerebrito poco desagradable

Así que los demás simplemente los cubrí con el frosting tintado de naranja ^^.

Aunque no lo parezca, la cobertura es de caramelo, de verdad

jueves, 18 de octubre de 2012

Cupcakes salados

El otoño parece que ya quiere llegar (después de que el pasado fin de semana se cumplieran mis deseos de lluvia-mantita-comida basura-series-sofá ^^) y como de costumbre yo empiezo a ponerme enferma :(  ¡Virus a mí! Hoy ha tocado: frío. Ayer, no sé cuándo, ni cómo ni dónde, cogí frío (y no, no ha sido como diría mi madre "eso te pasa por dormir con el culo al aire") y hoy tengo las tripas bailando muñeira. BIEEEEEEEEEEEEEN, lo que yo quería. Sobre todo porque  hoy es el 4º aniversario de la menda y el crítico jefe (hala, qué paciencia) y en lugar de ir a celebrarlo en algún bonito restaurante para que no tenga que cocinar yo, pues cocinaré algo bonito para él (y el crítico crítico cuando salga de clase) y me deleitaré viendo cómo lo disfrutan ¬¬ (antojo de huevos con patatas fritas +10 ahora mismo).

Así que, mientras mi estómago grita sonidos guturales en orco, os dejo con unos muffins de chorizo reconvertidos en adorables cupcakes salados ^^.

Cupcakes de chorizo con cobertura de puré de patatas

Ingredientes
(la receta original es de Marmiton, pero como siempre yo voy poniendo lo que me parece ^^)

250 gr de harina
3 huevos
10 cl de leche
1 sobre de levadura química
1 cucharada de sal
1 pizca de pimienta negra molida
250 gr de chorizo picante
1/2 cebolla
1 pimiento rojo
3 dientes de ajo

Para decorar

Puré de patata (receta aquí)
Parmesano en polvo
Jamón serrano en taquitos
Cebolleta seca 

Magdalena antes de ser glaseada (la próxima vez le pongo más chorizo)

Picamos en trocitos muy pequeños el pimiento rojo, el ajo, la cebolla y el chorizo. Calentamos en una sartén una cucharada de aceite de oliva y ponemos a sofreír el pimiento y la cebolla. Cuando empiecen a dorarse, incorporamos a la sartén el ajo y el chorizo, lo mezclamos bien, dejamos que se dore todo a fuego suave y lo reservamos escurriendo bien el aceite.

En un bol grande batimos los huevos, la leche la harina, la levadura, la sal y la pimienta hasta conseguir una mezcla homogénea. La masa tiene que quedar un poco espesa, así que podemos añadirle más harina si lo necesitamos. Incorporamos el relleno de chorizo a la masa y lo mezclamos bien para que quede bien repartido. Rellenamos lo moldes de magdalenas no más de 2/3 y horneamos durante 25 minutos en el horno precalentado a 180º C.

Muffins pre-horno

Muffins post-horno
Esperamos a que se enfríen un poco antes de servirlos, se pueden comer solos, con salsa de tomate, con ali-oli...

Catando los muffins antes de convertirlos en cupcakes

O podemos convertir nuestros muffins en cupcakes decorados con puré de patata. Para ello, yo añadí parmesano a un puré de patata cremoso (podemos ponerle un poco de nata de cocina si nos ha quedado muy espeso) y lo metí en una manga pastelera. Después de cubrir cada magdalena con el puré, espolvoreé por encima cebolleta seca y taquitos de jamón serrano.

¿No son monísimos?

El crítico jefe sólo fue capaz de decir "Oooooooooooooooh" cuando los vio ^^ ¡Buena señal! (o no, según el crítico crítico, el crítico jefe reaccionará igual a cualquier cosa que yo le ponga en el plato...)

Cupcake de chorizo a medio devorar ^^














jueves, 11 de octubre de 2012

Cupcakes de fresa

Cupcakes de fresa
¿Cuándo piensa llegar el otoño? Digo, yo llevo esperándolo más o menos desde finales de agosto… el amago que hizo hace dos semanas se podía haber quedado más tiempo, ¿no? Quiero castañas asadas, salir de casa con chaquetina (sí, porque una chaquetina no siempre es lo mismo que una chaqueta a secas), comprarme unas botas de agua (y poder usarlas sin tener que despegármelas después de los pies, se entiende), incrementar mi colección de boinas, que me apetezca hacer sopita y no salmorejo, las “noches de series” en el sofá con un chocolate o cola-cao calentito y la mantita, en lugar de limonada y calor… ¡Ains! (mi onomatopeya favorita para indicar un gran suspiro) Hoy las nubes sobre Madrid amenazan lluvia… ¡a ver si es verdad, copón!

Y mientras el tiempo se decide a cambiar al menos un poco, os cuento alguna de mis maravillosas experiencias de supermercado:
Hacía ya tiempo que en varias tiendas de productos americanos y británicos había descubierto esto: 


Sí, Nesquik de fresa… No sonaba apetecible y nunca llegué a comprarlo. Hasta que invadió los supermercados y ahora lo venden en casi cualquier tienda. Entonces Quicky (el conejillo que sale en la caja de Nesquik, por si alguno no tiene infancia) me miró con ojitos tiernos (en modo gato con botas en Shrek) y sin saber muy bien cómo, la maldita caja acabó en mi carro de la compra. El crítico crítico y yo llegamos a probarlo como batido con resultados no del todo satisfactorios: resulta que la sustancia rosa sabe a helado de fresa de mala calidad y con poco azúcar… con un regustillo final a un medicamento que no supimos identificar (a los que os guste, me parece estupentástico, eso sí).  Así que, para no sentir que había tirado el dinero en un producto que se iba a pudrir por los siglos de los siglos en mi despensa, decidí convertirlo en cupcakes, a ver qué pasaba. Y el resultado fue mejor de lo que esperaba. ¡Estaban deliciosos!

Cupcakes de fresa (detalle)

Ingredientes


Para las magdalenas

200 gr de mantequilla a temperatura ambiente
1 vaso de azúcar
2 vasos de nata
3/4 vaso de Nesquik de fresa
1 cucharada y media de levadura
3 huevos
1 cucharadita de vainilla
3 cucharadas de sirope de fresa (y algo más para rellenar)
2-3 vasos de harina
1 pizca de sal

Para la cobertura


1/4 de vaso de nata

170-200 gr de mantequilla a temperatura ambiente

300 gr de azúcar glacé

2 cucharadas de vainilla

Virutas para decorar
(las mías, todas rosas, son de frambuesa y las encontré en la tienda Tiger - sí, sí, la tienda de comprar pijaditas, el paraíso del "amigo invisible" ^^)

(el colorante es opcional, yo es que tenía por casa un poco y quise mezclar a ver qué pasaba)

Empezamos con las magdalenas. En un bol grande mezclamos el azúcar con la mantequilla con la ayuda de un batidor de varillas. Añadimos la nata, la vainilla, los huevos, la sal, el Nesquik y el sirope de fresa y seguimos removiendo. En un cuenco aparte mezclamos previamente la harina con la levadura química, la incorporamos a la mezcla del bizcocho y batimos hasta que la textura sea uniforme y sin grumos. Precalentamos el horno a 210º C. Echamos la masa en los moldes de cupcakes hasta rellenar no más de 3/4 partes de éstos (preferiblemente no uséis sólo las cápsulas de papel para magdalenas, introducid éstas primero en moldes de silicona o metálicos para que los cupcakes queden redonditos y perfectos) y los horneamos a 180º durante unos 20 minutos (o hasta que al introducir un palillo éste salga sin restos de masa).

Una vez estén listos los cupcakes, los sacamos del horno y los dejamos enfriar por completo antes de decorarlos.


Cupcakes de fresa con cobertura de vainilla y virutas de frambuesa
 
Para hacer la cobertura o frosting, ponemos la nata, la mantequilla y la vainilla en un cuenco y los batimos con un batidor de varillas eléctrico (si es un batidor de pie, pues mucho mejor para vuestro brazo y vuestra espalda ^^) durante 3 minutos hasta que esté esponjosa. Ponemos el batidor a velocidad lenta y añadimos poco a poco el azúcar glacé hasta que esté montado. Las cantidades de azúcar glacé y de nata pueden variar según la consistencia que queramos darle a la cobertura. Una vez listo el frosting, lo metemos en la nevera para que se endurezca un poco antes de decorar los cupcakes.

Mientras la cobertura se endurece, podemos ir rellenando los cupcakes con el sirope de fresa. Para ello, hacemos un agujero en el centro de cada cupcake (sin llegar hasta el fondo) con un sacacorazones de manzana (yo no sé si el cacharrito éste tiene otro nombre, si es así, ¡hacédmelo saber!), rellenamos con sirope de fresa y volvemos a colocar el trocito de bizcocho que hemos extraído. Cubrimos con el frosting, ya sea con un cuchillo o decorándolo con una manga pastelera, y espolvoreamos las virutas. Et voilà!

Cupcakes de fresa rellenos de sirope de fresa

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