lunes, 29 de octubre de 2012

Halloween is coming (parte 1)

Llega Halloween. Es una de mis fiestas favoritas del año aunque sea una tradición foránea y aquí no se celebre en demasía. La gente se disfraza y está permitido enguarrarse la cara y el cuerpo de manera asquerosa y dar miedo... ¿A quién puede no gustarle? Está claro que a una persona que colecciona pelucas, que guarda cualquier prenda o accesorio atroz que cae en sus manos "por si vale para un disfraz" y usurpa el vestido de novia de su madre para vestirse en condiciones de Novia Cadáver (el vestido ahora tiene un bonito sombreado azul ^^), pues le tenía que gustar ^^. No obstante, no estaba en mis planes hacer ningún dulce "temático" por Halloween, porque esa tarde estaré en la carretera rumbo al hogar paterno, seguro que mi madre me recibe con alguna tarta o pastelillo y no le voy a negar el placer de que lo haga ella jajajaja. Pero entonces, el viernes por la mañana, la señorita cartera me trajo un paquetito desde Coruña: ¡mi amiga Carol me enviaba cápsulas de magdalenas de brujas y un cortapastas de calabaza! Así que como yo soy una persona agradecida, me he dedicado el fin de semana a darle uso al primer regalo (y planeo hacer lo propio con el segundo esta tarde ^^). 

Y como el otoño ha llegado con toooooodas sus ganas (aquí y ahora, de hecho, "Winter is coming", ya veréis que frío paso el miércoles envuelta en mi capa - capa de carisma +10, por otro lado, porque es estupentástica -), yo decidí que iba a hornearlo: magdalenas de manzana y canela. ¡Olor a otoño everywhere! ^^

Llega Halloween... y yo estoy enferma... ¡Maldito seas resfriado inoportuno!

Otoño hecho magdalena ^^

Ingredientes
1 manzana
20 gr de mantequilla
20 gr de azúcar moreno

2 vasos de harina
2 cucharaditas de levadura química en polvo
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de canela
2 huevos
1 vaso de leche
100 gr de mantequilla a temperatura ambiente
1/2 vaso de azúcar blanco
1/4 vaso de azúcar moreno

Para la cobertura

3 cucharadas soperas de caramelo
1 cucharadita de vainilla
170 gr de mantequilla a temperatura ambiente
300 gr de azúcar glacé


Pelamos la manzana y la cortamos en trocitos menudos (yo de hecho, al trituré, el crítico-crítico no es muy partidario de encontrarse trozos de "cosas" en las magdalenas). Ponemos a calentar un cazo y derretimos la mantequilla. Cuando esté derretida, añadimos al cazo la manzana y el azúcar moreno y le damos vueltas con una cuchara de madera para que no se pegue ni se queme. Cuando la manzana se haya ablandado lo suficiente, retiramos el fuego y dejamos enfriar. En un bol grande mezclamos el azúcar con la mantequilla con la ayuda de un batidor de varillas. Añadimos la sal, la canela, los huevos y la leche y seguimos removiendo. En un cuenco aparte mezclamos previamente la harina con la levadura química, la incorporamos a la mezcla del bizcocho y batimos hasta que la textura sea uniforme y sin grumos. Precalentamos el horno a 210º C. Echamos la masa en los moldes de cupcakes hasta rellenar no más de 3/4 partes de éstos (preferiblemente no uséis sólo las cápsulas de papel para magdalenas, introducid éstas primero en moldes de silicona o metálicos para que los cupcakes queden redonditos y perfectos) y los horneamos a 180º durante unos 10-12 minutos (o hasta que al introducir un palillo éste salga sin restos de masa). Una vez estén listos los cupcakes, los sacamos del horno y los dejamos enfriar por completo antes de decorarlos.

Magdalenas de manzana y canela recién sacadas del horno
AVISO IMPORTANTE: Las magdalenas recién hechas huelen tortuosamente bien y requiere una fuerza de voluntad tremenda (y mayor de la que tenemos tanto el crítico-crítico como yo ^^) no comérselas cuando aún queman. Intentadlo ^^.

Para hacer la cobertura o frosting, batimos la mantequilla con un batidor de varillas eléctrico (si es un batidor de pie, pues mucho mejor para vuestro brazo y vuestra espalda ^^) durante 3 minutos hasta que esté esponjosa. Ponemos el batidor a velocidad lenta y añadimos poco a poco el azúcar glacé hasta que se mezcle totalmente. Incorporamos el caramelo y la vainilla y lo batimos lentamente hasta que esté montado. Las cantidades de azúcar glacé  pueden variar según la consistencia que queramos darle a la cobertura. Una vez listo el frosting, lo metemos en la nevera para que se endurezca un poco antes de decorar los cupcakes.



El colorante y la forma en que decoremos los cupcakes la dejo a vuestra total elección. Yo intenté hacer unos cerebritos, pero la cobertura me quedó demasiado cremosa (y no quería añadirle más azúcar, porque así estaba buenísima) y el resultado no fue del todo satisfactorio.

Intento de cerebrito no del todo satisfactorio

Un cerebrito poco desagradable

Así que los demás simplemente los cubrí con el frosting tintado de naranja ^^.

Aunque no lo parezca, la cobertura es de caramelo, de verdad

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